El derrocado líder sirio Bashar al-Assad y su esposa Asma, en una foto de un viaje a París hace unos años.

Finalmente, casi no hubo resistencia al avance de los yihadistas. El ejército sirio, el apoyo ruso, el de Irán y hasta las milicias que había enviado Hezbolá huyeron, abandonando a su suerte al al-Asad. Las versiones indican que el mandatario escapó del país con su familia, a destino todavía desconocido. Se abre para “Siria Libre” un panorama de incertidumbre, todavía impredecible, bajo la tensa mirada internacional. Leer más